19 de enero de 2025 – Epifanía 2 (C)
Estudio bíblico de la Epifanía: Semana 2
Durante el tiempo de Epifanía, La Iglesia Episcopal ofrece un estudio bíblico semanal preparado por escritores de toda la Iglesia y la Comunión Anglicana. Cada pieza, compuesta por las lecturas dominicales, puede estudiarse en solitario, en pequeños grupos o incluso con una congregación. Puede encontrar el estudio completo de cada semana en www.sermonsthatwork.org.
El estudio de esta semana para la Epifanía 2 (C) fue escrito por el Reverendísimo Ian Ernest, representante personal del Arzobispo de Canterbury ante la Santa Sede y director del Centro Anglicano en Roma.
1 Corintios 12:1-11
12 Hermanos, quiero que ustedes sepan algo respecto a los dones espirituales. 2 Ustedes saben que cuando todavía no eran creyentes se dejaban arrastrar ciegamente tras los ídolos mudos. 3 Por eso, ahora quiero que sepan que nadie puede decir: «¡Maldito sea Jesús!», si está hablando por el poder del Espíritu de Dios. Y tampoco puede decir nadie: «¡Jesús es Señor!», si no está hablando por el poder del Espíritu Santo. 4 Hay en la iglesia diferentes dones, pero el que los concede es un mismo Espíritu. 5 Hay diferentes maneras de servir, pero todas por encargo de un mismo Señor. 6 Y hay diferentes manifestaciones de poder, pero es un mismo Dios, que, con su poder, lo hace todo en todos. 7 Dios da a cada uno alguna prueba de la presencia del Espíritu, para provecho de todos. 8 Por medio del Espíritu, a unos les concede que hablen con sabiduría; y a otros, por el mismo Espíritu, les concede que hablen con profundo conocimiento. 9 Unos reciben fe por medio del mismo Espíritu, y otros reciben el don de curar enfermos. 10 Unos reciben poder para hacer milagros, y otros tienen el don de profecía. A unos, Dios les da la capacidad de distinguir entre los espíritus falsos y el Espíritu verdadero, y a otros la capacidad de hablar en lenguas; y todavía a otros les da la capacidad de interpretar lo que se ha dicho en esas lenguas. 11 Pero todas estas cosas las hace con su poder el único y mismo Espíritu, dando a cada persona lo que a él mejor le parece.
Comentario de Ian Ernest
Deseo hacer hincapié en una parte de este texto que se refiere a la unidad de la Iglesia. Siendo el Cuerpo de Cristo, la Iglesia está llamada a permitir que cada parte de ella desempeñe su papel para que pueda dar verdadero testimonio del amor de Dios revelado en Cristo. No hay lugar para la uniformidad en la Iglesia, ya que dentro de ella las personas están dotadas de diferentes dones y tienen diferentes tareas que atender. El don es ofrecido por el Espíritu Santo y está diseñado para una vida interdependiente en unidad y armonía que da gloria a Dios.
Como todos los dones proceden de Dios, se invita a cada uno a utilizar su competencia al servicio de Dios. Por desgracia, tenemos la percepción errónea de que los dones que recibimos se limitan al ámbito espiritual o académico. Por eso, sería importante que reconociéramos que no hay que hacer ninguna distinción en cuanto a los dones que recibimos gratuitamente. Una persona que trabaja en un oficio especializado, por ejemplo, un carpintero, un electricista, un fontanero, y otros, debería ser animada a ver que el talento que posee viene de Dios.
La Iglesia se enriquecería entonces si todos tuvieran la oportunidad de dedicar sus habilidades a servir a Dios y a su pueblo. Esta enseñanza de Pablo también ofrece una visión detallada de los dones que se nos ofrecen graciosamente; de ella aprendemos sobre el trabajo y la naturaleza de la Iglesia primitiva. Nos informa de que, como miembros del Cuerpo de Cristo, tenemos que poseer la palabra de sabiduría y la palabra de ciencia. Esto significa que tenemos que conocer las cosas profundas de Dios y, al mismo tiempo, aplicarlas a nuestra vida cotidiana.
Preguntas de discusión
- ¿Tenemos una comprensión plena de cómo podríamos servir a Dios y al pueblo de Dios con el potencial que tenemos?
- ¿Cuál es la diferencia entre sabiduría y conocimiento?